La rosa
Ángela Becerra
Se está muriendo la rosa.
Bajo su rostro cansado de haber buscado
el sol anclado en un florero.
Sus espinas de nada le sirvieron. Le arrancaron el alma.
Cada pétalo se ha ido encogiendo de tristeza,
perdiendo su tersura
ante la despiadada mirada de la gente.
Se está muriendo la rosa. Le cortaron la fuente
que le daba la vida.
Le robaron sentires que la hacían estar viva.
Le dieron agua y ella quería vida. Música de abejas en sus labios.
Alas de picaflores en sus ojos.
Quería sentir amanecer rocío, en sus mejillas.
Besar cada mañana mariposas.
Bailar, dejandose llevar, en danza por el viento.
Se está muriendo la romantica rosa...
Inclina con dolor todo su cuerpo.
Se rinde ante los hombres.
Ánegela Becerra (Calí, Colombia, 1957)
Ángela Becerra
Se está muriendo la rosa.
Bajo su rostro cansado de haber buscado
el sol anclado en un florero.
Sus espinas de nada le sirvieron. Le arrancaron el alma.
Cada pétalo se ha ido encogiendo de tristeza,
perdiendo su tersura
ante la despiadada mirada de la gente.
Se está muriendo la rosa. Le cortaron la fuente
que le daba la vida.
Le robaron sentires que la hacían estar viva.
Le dieron agua y ella quería vida. Música de abejas en sus labios.
Alas de picaflores en sus ojos.
Quería sentir amanecer rocío, en sus mejillas.
Besar cada mañana mariposas.
Bailar, dejandose llevar, en danza por el viento.
Se está muriendo la romantica rosa...
Inclina con dolor todo su cuerpo.
Se rinde ante los hombres.
Ánegela Becerra (Calí, Colombia, 1957)
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